Encuesta Laboral y de Corresponsabilidad Social (ELCOS) 2012

La división sexual del trabajo y el modelo patriarcal que ha predominado en sociedades como la mexicana ha sido causa de la desigualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, así como de la subordinación femenina respecto de los hombres.

México ha asumido el compromiso de trabajar y fortalecer las acciones encaminadas al logro de la igualdad entre mujeres y hombres. Ello ha demandado reformas legislativas y el establecimiento de mecanismos adecuados:

En 1974, la modificación a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos marcó el inicio de la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres en nuestro país. Se refiere a la integración al artículo cuarto del principio de igualdad jurídica entre mujeres y hombres, que dio la pauta para llevar a cabo iniciativas de ley encaminadas a reformar legislaciones en pro de la igualdad entre sexos.

También en la década de los años 70, la participación de México en la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer y su papel como país anfitrión de 133 delegaciones de estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas, fue de gran trascendencia y derivó en el establecimiento de objetivos en torno de la igualdad, paz y desarrollo de la mujer mexicana.

Entre los acuerdos más importantes adoptados por México se encuentra la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer y el Protocolo Facultativo que emana de ella, comprometiéndose, entre otras cosas, a revisar la legislación para garantizar el principio de igualdad entre sexos.

Hacia 1980, el Consejo Nacional de Población (CONAPO) crea el Programa Nacional de Integración de la Mujer al Desarrollo, que contempla el establecimiento de algunas iniciativas orientadas a promover el mejoramiento de la condición social de la mujer; cinco años después el CONAPO crea la Comisión Nacional de la Mujer, con el fin de coordinar actividades y proyectos de carácter sectorial.

En la década de los 90 se llevaron a cabo iniciativas que marcarían un paso importante en la lucha por la igualdad de las mujeres. Uno de ellos es la creación, a principios de esa década, del Comité Nacional Coordinador de las Actividades Preparatorias para la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, que se celebraría en Pekín, China, en 1995. El fin último de dicho Comité consistía en presentar el Informe de México ante la Conferencia, lo que representó un avance en la articulación institucional de políticas concretas en beneficio de la mujer, a fin de alcanzar una igualdad de género real en México.

El 8 de marzo de 1996 se establece el Programa Nacional de la Mujer 1995‐2000, Alianza para la Igualdad (PRONAM) como respuesta del Gobierno de la República a las aspiraciones de las organizaciones preocupadas por la incorporación equitativa de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad.

Su finalidad era “impulsar la formulación, el ordenamiento, la coordinación y el cumplimiento de las acciones encaminadas a ampliar y profundizar la participación de la mujer en el proceso de desarrollo, en igualdad de oportunidades con el hombre.”

En 1998 la Secretaría de Gobernación da un paso adelante con la creación de la Coordinación General de la Comisión Nacional de la Mujer (CONMUJER), como un órgano administrativo desconcentrado responsable de la instrumentación del PRONAM.

Los inicios del presente siglo, se han caracterizado por un intenso desarrollo de políticas encaminadas a erradicar las muy variadas formas de desigualdad entre mujeres y hombres en México continuando, a pesar de ello, la asignación de tareas domésticas a las mujeres y extradomésticas a los hombres prevalece y las mujeres siguen siendo las principales responsables de realizar las actividades de cuidado al interior de los hogares.

La participación femenina en actividades económicas, si bien se ha incrementado en los últimos decenios, está todavía muy por debajo de la participación masculina. Los hogares mexicanos han considerado, como estrategia para enfrentar la pobreza, incrementar el número de personas que trabajan para el mercado y por tanto, los ingresos del hogar. En este sentido, la posibilidad de que las mujeres se incorporen al mercado laboral puede significar la diferencia entre caer o no en situación de pobreza.

Sin embargo, las barreras a la inserción laboral de las personas, que se vinculan tanto con el entorno socio productivo como con el personal, y los costos de participación laboral, son más apremiantes para las mujeres que para los hombres.

En síntesis, las condiciones de los mercados laborales han generado diferencias basadas en el género, lo mismo que las limitaciones institucionales y las normas sociales persistentes las han fortalecido.

Por tanto, para reducir la desigualdad en las oportunidades de mujeres y hombres en la inserción al mercado laboral es necesaria una transformación de la división genérica del trabajo. Es decir, una repartición más igualitaria de las tareas entre mujeres hombres y, a la par, una transformación de las condiciones en los mercados laborales apoyada en normas sociales e institucionales con visión de género.

Es por ello que el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) han impulsado el levantamiento de la Encuesta Laboral y de Corresponsabilidad Social 2012 (ELCOS, 2012), como un instrumento que permita visibilizar la situación actual de las mujeres en el mercado de trabajo y su relación con las tareas de cuidado que realizan al interior de sus hogares. La encuesta indaga también sobre las necesidades de cuidado en los hogares y la participación en ello de otros miembros del hogar y de otros hogares, sobre las condiciones laborales de las mujeres y sobre algunos apoyos que pueden contribuir a aligerar el trabajo de cuidado de los hogares.

• Generar información estadística sobre las características de la población en hogares que requiere de cuidados continuos.
• Generar información sobre las características de las y los integrantes del hogar que participan en actividades de cuidado.
• Generar información sobre la participación en actividades de cuidado en los hogares de personas que no son integrantes del hogar.
• Generar información sobre características educativas y laborales de las y los integrantes del hogar y su participación en el trabajo de cuidados.
• Generar información sobre la dinámica, satisfacción y flexibilidad en el empleo de las mujeres y su relación con diversos factores individuales y de su entorno familiar y social.
• Generar información sobre las expectativas laborales y profesionales de las mujeres y, en su caso, sobre los factores que han limitado su inserción al mercado laboral.
• Generar información sobre las mujeres que no están insertas en el mercado laboral y las razones para no hacerlo.
• Generar información sobre las mujeres que no están interesadas en insertarse en el mercado laboral y su relación con sus actividades y características sociodemográficas.
• Generar información que sirva como insumo para la realización de estudios útiles para el diseño de políticas públicas dirigidas a potenciar la agencia económica de las mujeres y el impulso a su empoderamiento y participación en diversos ámbitos de la vida social y política.
• Generar información que sirva como insumo para la realización de estudios que permitan sensibilizar a las empresas de la iniciativa privada sobre la necesidad de brindar facilidades a las y los trabajadores para satisfacer las necesidades de cuidado en sus hogares y los beneficios que ello puede representar en términos de productividad.

Población objetivo

• Mujeres de 14 a 70 años de edad.

Cobertura temática

• Características de la vivienda y del hogar.
• Características Sociodemográficas.
• Identificación de personas del hogar que necesitan cuidados.
• Mujeres de 14 a 70 años:
  • Apoyo y cuidado a integrantes del hogar.
  • Apoyo y cuidado a personas de otros hogares y otras actividades.
  • Decisiones en el hogar.
  • Contexto laboral.
  • Caracterización del último trabajo.
  • Satisfacción en el trabajo (actual o último).
  • Expectativas laborales.

Clasificador utilizado

• Sistema Nacional de Clasificación de Ocupaciones 2011, SINCO.

Recomendaciones internacionales

• Consenso de Quito, 2007. Décima Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe de la CEPAL.
• Plataforma de Acción de Beijing, 1995.
• Consenso de Brasilia, 2010. Undécima Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe de la CEPAL, en julio de 2010.
• Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Tamaño de la muestra

19 mil 850 viviendas.

Unidad de observación

La vivienda.

Marco muestral

El Marco Nacional de Viviendas 2002 del INEGI, construido a partir de la información cartográfica y demográfica que se obtuvo del XII Censo General de Población y Vivienda 2000.

Esquema de muestreo

Probabilístico, estratificado, trietápico y por conglomerados.