Organización y preparación
Parte fundamental en la definición de estrategias de levantamiento del XII Censo fue la implementación de estrategias diagnósticas que generaran cifras de referencia. La Enumeración Integral que se realizó en 1998 identificó, ubicó, enumeró y procesó información de las viviendas en todas las localidades urbanas (de 2500 y más habitantes) del país y de las localidades rurales en 1995 tenían 250 y más habitantes, según el Conteo de Población y Vivienda 1995. Esta actividad fue un componente fundamental en los Censos Económicos 1999 y fue posible diferenciar en las viviendas particulares a las habitadas, deshabitadas y en construcción.
Para garantizar la cobertura geográfica del Censo, entre marzo de 1998 y julio de 1999 se realizó la actualización cartográfica, apoyado con imágenes de satélite y fotografía aérea junto con trabajo de campo, estas actividades dieron como resultado un marco geoestadístico confiable y homogéneo, del cual se derivó el paquete cartográfico del Censo.
Tomando en cuenta las recomendaciones internacionales sobre la implementación de pruebas de campo y las experiencias censales previas se llevó a cabo un Ensayo censal, dos pruebas temáticas y un Censo piloto. Los ejercicios de evaluación parcial se realizaron durante 1998 en tanto que el ejercicio final, Censo Piloto, fue implementado del 25 de enero al 5 de febrero de 1999.
Entre julio de 1999 y enero de 2000 se realizó la planeación operativa para el levantamiento de la información, en la que se determinaron las áreas geográficas operativas, que son el lugar donde cada puesto de la estructura de organización llevó a cabo sus actividades. La planeación se llevó a cabo en cuatro fases, en donde se conformaron: jefaturas de zona; coordinaciones municipales; áreas de responsable de AGEB y jefaturas de entrevistadores y, finalmente, la delimitación de las áreas de trabajo de los entrevistadores.
Para llevar a cabo la captación de la información, el censo tuvo como base la estructura descentralizada del INEGI en las 10 direcciones regionales y en las 32 coordinaciones estatales; además fue creada una estructura de organización con los puestos necesarios para realizar las actividades censales. La estructura se conformó por cuatro áreas: capacitación, levantamiento, seguimiento y control y cartografía.
La estructura de capacitación fue la responsable de instruir al personal operativo en el contenido del cuestionario y recorridos en campo; así como los ejercicios de llenado de cuestionario y formas de control. El modelo de capacitación consideró la instrucción directa e indirecta. En la directa se contó con instructores especializados quienes capacitaron a todos los puestos de la estructura , con excepción del jefe de entrevistadores, el entrevistador de cuestionario básico y el validador; estos recibieron capacitación indirecta por parte del responsable de AGEB y el analista de control municipal. En el censo participaron cerca de 500 mil personas y fueron necesarias 32 mil aulas.
La estructura de levantamiento fue la encargada de recopilar la información en campo y de garantizar la cobertura de población y vivienda, así como la responsable de que las áreas fueran visitadas en el plazo establecido.
La estructura de seguimiento y control se hizo cargo de revisar la información captada en los cuestionarios y dar seguimiento al levantamiento de la misma para garantizar su congruencia, calidad y oportunidad; también se encargó de transcribir los datos que sirvieron en la obtención de los Resultados Preliminares.
El procedimiento de captación de datos fue el siguiente: Con apoyo de la cartografía censal, el jefe de entrevistadores ubicó a cada entrevistador en su área de trabajo. Una vez ahí, el entrevistador realizó un recorrido de reconocimiento para asegurar la correcta ubicación en su área, y dibujó un croquis de la misma en el inventario de viviendas. Para llevar a cabo el levantamiento de la información, el entrevistador tocó en cada una de las puertas que encontró, identificó al informante adecuado y preguntó sobre el número de viviendas en cada predio. A cada vivienda identificada le asignó un número progresivo y lo anotó en el inventario, junto con la dirección correspondiente. Realizó la entrevista y, al término, pegó la etiqueta "censada". Cuando no logró obtener la información, regresó a la vivienda y, en cada ocasión, registró en el inventario el código de resultado de la visita. Por su parte, el jefe de entrevistadores observó entrevistas y asesoró a los entrevistadores cuando así lo requirieron; efectuó reentrevistas; verificó todas las viviendas sin respuesta; entregó, revisó y concentró los cuestionarios y los inventarios. Se diseñaron estrategias especiales para las áreas problemáticas de difícil acceso (zonas residenciales, lugares con pandillerismo, conflictos políticos, entre otros) o con población extranjera que no habla español.
Fue necesaria la implementación de operativos especiales que censara a la población que residía en viviendas colectivas, la que no tiene vivienda y duerme en la vía pública y la que desarrolla funciones en el Servicio Exterior Mexicano.